“Tú no sabes lo que dices”. Respuesta a un comentario mío sobre el nuevo Sistema General de Regalías.
Mis ancestros habitaron desde muchas centurias lo que hoy se llama Uribia, mis hermanos de sangre y de historia han resistido durante muchas lluvias, muchas lunas y muchos soles las inclemencias de la abuela naturaleza, también hemos sobrevivido a pesar de las sucesivas administraciones desde 1935.
Durante decenios hemos sido objeto decorativo del paisaje electoral, del paisaje cultural; nuestras mantas, wayucos y mochilas han decorado festivales y presentaciones artísticas e institucionales, y después de ello hemos vuelto a nuestros ranchos a tomar chicha fresca sin azúcar, a colgar en silencio el chinchorro cómplice de nuestro olvido, a tomar café y hablar de lo que sucede en las administraciones como si no fuésemos parte de ella.
Vivimos en un territorio de 8.000 kilómetros cuadrados, representamos el 96% de la población de Uribia (no 99.9% como dijeron en una entrevista de radio), nos dicen que no sabemos lo que decimos como si los papeles fueran escritos sólo para ser leído por unos cuantos dueños de la verdad. En ese inmenso territorio donde soñamos nuestra cotidianidad, aletean el hambre, la desnutrición, el desempleo, la educación de mala calidad, la falta de oportunidades para nuestros jóvenes y niños (hay informes y estadísticas que así lo demuestran).
La actual administración propuso 14 puntos de gobierno que no se van a cumplir, el candidato de entonces dijo que los cachacos (habitantes del interior del país) se llevaron la plata de las regalías. Mi hijo que es cachaco no tiene un solo peso de los que se llevaron de Uribia, mis amigos cachacos tampoco tienen ese dinero mencionado; yo, que ahora vivo entre cachacos, tampoco he recibido un solo peso de todo este cuento mal contado. El acto legislativo 005 de 2011 que crea el nuevo Sistema General de Regalías fue demandado porque no había sido consultado (concertado?) con los pueblos indígenas. Me pregunto, cuantas veces fuimos consultados para implementar proyectos en nuestros territorios?, cuantas veces fuimos informados de los beneficios a los que tenemos derecho, no de forma clientelista sino en igualdad de oportunidades?, cuantas memorias de nuestros ancianos han sido enterradas sin ser conocidas por nuestros niños encerrados en escuelas para aceptar como destino decir si a todo?, cuantas veces fuimos ignorados con la excusa de que no sabemos lo que decimos?, y por qué ahora si nos muestran como excusa para tumbar un Acto Legislativo?.
Ahora dicen los líderes y asesores que la culpa de todo esto es porque los cachacos se llevaron la plata de las regalías… Los cachacos son los responsables, "en nuestras comunidades indígenas ha sido catastrófico porque se ha vulnerado la región afectando la educación y el transporte escolar. Hay niños que tienen que caminar hasta 5 horas bajo una calor de 40 grados a pleno sol, porque allá las comunidades están distantes y dispersas, lo que ha generado una importante deserción escolar masiva este año…". (Diario del Huila, marzo 24 de 2012).
Hace un par de días escuché una entrevista radial donde una líder, miembro de la mesa nacional de concertación de la nación wayuu, dice lo mismo que estas líneas en cursiva, lo mismo que vienen recitando en diferentes escenarios: pobrecitos los wayuu, ahora si los van a destruir, la culpa es de los cachacos. En la entrevista se amenaza con denunciar ante organismos nacionales e internacionales, el atropello del cual son víctimas los wayuu; llamé a la casa, hablé con mis hermanos y mi abuela de 95 años y le pregunté si habían idocachacos a atropellarla, ella me dice que desde el día de las votaciones ningún alíjuna ha vuelto por allá…
El periodista pregunta que en cuanto se reducen las regalías con el nuevo sistema, la dirigente dice que el año pasado el presupuesto era de 122 mil millones de pesos y que este año se reduce a 40 mil, en Uribia. Finalizada la entrevista el periodista se pregunta que por qué con un presupuesto de 122 mil millones anuales hay tanta pobreza y atraso en Uribia…(Caracol Radio, entrevista 8:00 AM 14 de mayo de 2012). Yo le contesto señor periodista: he leído la Resolución del Ministerio de Hacienda y Crédito Público No. 1877 de 2010, los informes de auditoría de la contraloría de las vigencias 2008, 2009 y 2010, también he preguntado a muchas personas wayuu sobre los beneficios que han recibido de los recursos de regalías, he preguntado lo mismo a varias personas conocedoras del tema.
En la citada resolución se suspenden los giros de los recursos de asignación especial de los resguardos indígenas del Municipio de Uribia, motivo: “Riesgo 9.2. No haber entregado a los encargados de hacer las auditorias la información y/o soporte requerido para su desarrollo en los términos u oportunidad requeridos… No se entregó: extractos de cuentas que no se encuentran inscritas ante el MHCP…”
La Contraloría General de la República tiene por función velar por el buen uso de los recursos públicos que en tanto público es de todos los uribieros, o sea del 96% wayuu y el 4% no wayuu, y ahí va la respuesta señor periodista:
En la auditoría de la vigencia 2008, se encontraron hallazgos que generaron 35 acciones correctivas, es decir había que mejorar la forma en que se invierten (no gastar, ni malgastar!) los recursos públicos por concepto de regalías.
En la auditoria de la vigencia 2009, el informe reporta anomalías en los procesos de contratación, administración de recursos financieros; falta de claridad, planeación y adición injustificada en los contratos, “en algunos procesos contractuales presuntamente se incumple con los principios de economía, responsabilidad, selección objetiva, transparencia…”, los contratos mal planeados y ejecutados no fueron publicados en la página web de la contratación estatal, ni en la página de la Alcaldía, los archivos no cumplen con estándares nacionales de gestión; no se cumplen con las coberturas establecidas en la Ley 1151 de 2007, y no hay seguimiento y actualización del presupuesto municipal en la página del SICE…
En cambio en la auditoría de la vigencia de 2010, las cosas no mejoran: “El municipio de Uribia en la vigencia 2010 no alcanzó, según las certificaciones dadas por las entidades encargadas, las coberturas básicas establecidas por norma en salud de la población pobre, educación básica, agua potable, alcantarillado y mortalidad infantil, muy a pesar de las cuantiosas inversiones que se hicieron con recursos de regalías en estos sectores ($47.397 millones)”. Esta vez se “establecieron Quince (15) hallazgos administrativos, de los cuales Cuatro (4) corresponden a hallazgos con alcance fiscal en cuantía de $354.96 millones; Nueve (9) tienen posible alcance disciplinario; dos (2) con posible incidencia penal, los cuales serán trasladados ante la autoridad competente. Así mismo, se solicitará la apertura de un (1) proceso administrativo sancionatorio por falta de registros en el SICE y se emitirá una Función de Advertencia”, esto último por el hallazgo 11: el barrio Yosuu se quedó sin agua, por falta de válvulas de distribución de aguas!.
La única responsabilidad wayuu en todo este cuento está en el hallazgo 14, suministro de alimentos escolares. Los contratistas no suministran información de peso y talla de los niños debido “a las distancias, vías de acceso, las lluvias, y porque las manipuladoras de alimento pertenecen a la etnia wayuu…”.
Siendo Uribia un territorio por donde transita o extrae la riqueza mal negociada del país, se reciben ingresos superiores a 100 mil millones de pesos al año por concepto de regalías directas, lo que me hace pensar que en los últimos 5 años se han recibido más de 500 mil millones de pesos, por lo tanto había mucho dinero para gastar. Y las sucesivas administraciones gastaban, era una administración “ejecutora”, ahora con el cambio del sistema general de regalías pasa a ser una administración “gestora”, ahora si a trabajar!, aunque me digan que yo no sé lo que digo…
Después de todo esto, también leí el Acto Legislativo 005, los Decretos 4923 y el 4950 de 2011, para ver como quedó todo el asunto de las regalías, y me encuentro no con futuros apocalípticos, sino muchas oportunidades. Peor es ná!, como dicen. Hay que poner a los especialistas, a los técnicos a recorrer los 8.000 km2 y formular proyectos reales, llenar los despachos de los cachacos con proyectos viables en todos los sentidos, nada de cortar ypegar desde las oficinas locales, no señor… Yo les ayudo a digitar.
Como no estoy autorizado para hablar en nombre de los 450 mil wayuu de toda la nación, y tampoco en nombre de los más de 100 mil que hay en Uribia, hablo por los de mi familia próxima, también por los que coinciden conmigo en muchos puntos de vista de esta nota. Hablo en nombre de los que conozco personalmente, con los que compartí momentos de escasez de café en las ollas; hablo en nombre de los que ya no están y tuvieron la esperanza de una mejor vida de manos de los alíjuna de Laüla’pia (Alcaldía), hablo en nombre de quienes cerraron sus ojos esperando, por última vez, a un señor llamado Gobierno, que según dicen llegaría a traer la solidaridad esperada después de tantas penas, de tanto olvido. Señores: con regalías o sin regalías los wayuu seguiremos escribiendo en silencio la historia que nos corresponde vivir, no será la primera y única vez que nos usen como excusa. He dicho mis palabras…
IGNACIO MANUEL EPINAYU PUSHAINA
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