Hablo de tus jóvenes, de mis jóvenes, de nuestros jóvenes.
A propósito de tres noticias que he leído: radicación del proyecto de estatuto de la juventud en el congreso de la república de Colombia, un informe de la ONU sobre el embarazo juvenil como una de las causas de la pobreza en América Latina y el ultimo correo de la Unesco “como los jóvenes cambian el mundo”, me atrevo a escribir sobre jóvenes.
Aunque no hay puntos en común sobre que es ser joven, y aunque yo mismo me considere joven y aún corra los 100 metros planos en 10 MINUTOS, me parece que la edad de la juventud inicia más o menos a los 16 años y finaliza a los briosos 30 (no se desanimen, que quedan unos años de coletazos de ese feliz huracán).
Lo anterior para referirme al discurso de la juventud en las campañas políticas en mi tierra natal. Efectivamente, dos campañas han hecho uso del discurso de la juventud, con el mismo lema: “los jóvenes no sólo están para pegar afiches”. El tema de la juventud no es solo proselitista, va más allá de las elecciones de octubre, es mucho más que un discurso y un eslogan de campaña; es analizar los problemas, retos y oportunidades en el cual se encuentran inmersas las realidades de los jóvenes (alcoholismo, prostitución, desempleo, exclusión social…), se requiere realizar el análisis, formulación y ejecución de una política pública real, con la participación activa y voluntaria (sin sectarismos, sin prevenciones!) de los jóvenes, incluyendo la creación de una oficina en cabeza de un joven!.
Uribia necesita de jóvenes que puedan criticar su entorno y contribuir a mejorar las condiciones sociales y económicas, es necesario aprovechar ese valioso recurso que son las energías y ganas de cambiar el mundo que tiene la juventud (hombe, yo también tuve 20 años!). Implica mirar a los jóvenes desde sus potencialidades, saber que les gusta y cuales son sus talentos, y como ese gusto y ese talento puede aportar en la construcción de una sociedad más incluyente y menos indolente con los excluidos.
No se necesita de una masa acéfala que replique modelos anticuados y mañosos; actuar con miopía, cacicazgos y egoísmos propios del siglo XX no es el camino para construir el presente y futuro de Uribia. Es necesario analizar y construir el modelo de sociedad que los jóvenes actuales quieren para las nuevas generaciones; implica desarrollar estrategias de emprendimiento, uso del tiempo libre, desarrollo de competencias y habilidades. Un trabajo nada fácil que no depende exclusivamente de la administración municipal, sino de los diferentes actores sociales, políticos y económicos de Uribia.
De manera que si bien es cierto que los jóvenes no están “sólo para pegar afiches” (frase de combate de jóvenes urbanos, donde es común pegar afiches y no de la costa caribe, donde se pintan paredes en los lanzamientos de discos y la promoción de candidatos), tampoco están para ser usados hasta el 30 de octubre y volver a caminar las calles de Uribia como después de un festival…
IGNACIO MANUEL EPINAYU PUSHAINA
C.C. 5.185.122 Uribia.