martes, 3 de enero de 2012

UN FESTIVAL DE LA CULTURA WAYUU CON MUCHOS ACORDEONES

A mis amigos, con quienes compartí palabras y abrazos…

Es viernes y llegué a la tierra que brilla con la expectativa de leer el festival versión 2011, leerlo de forma desprevenida como lo haría cualquier visitante que no ha leído la nota de Maleiwa Habla (“el festival de la cultura wayuu?”), después de todo llegar prevenido implicaba el riesgo de aguar la fiesta y agua es lo que sobraba en Uribia…

Bienvenidos al festival!. Águila-sin-igual-y-siempre-igual, patrocinador oficial. Con ventas al menudeo, al por mayor, en las enramadas, en los puesticos de cerveza, en cavas, en mochilas, en la caseta misma de Águila… El primer mensaje de cortesía: “el que se sienta en las sillas, tiene que consumir…”. Y suenan los tambores en el concurso de la kasha, también el concurso de instrumentos tradicionales; luego la lucha libre con jurados wayuu y el desorden de los delegados y organizadores. Entre tanto las enramadas son sometidas a procesos de impermeabilización, porque a pesar de la lluvia de la tarde, los chivos, las cervezas (Aguila!), el olpar, están listos para ser degustados por ilustres visitantes y también no ilustres que tengan plata.

Ha dejado de llover, por ahora, y es necesario esquivar los charcos de agua, porque se ensucia la pinta…

Y suenan los acordeones!, en un frenesí nocturno, con la complicidad de la lluvia que ha dejado de caer, se presentan 6 conjuntos vallenatos (sin contar los teloneros) de primer nivel, los de moda, los que lanzaron discos, después de todo el festival se sabe si es bueno cuando llegan los grupos musicales de moda… Y para qué tantos conjuntos de moda?. En primer lugar la gente puede tener hambre, sed, puede estar pasmada, pero si le ponen diversión y distracción se obnubila y olvida sus tragedias personales. En segundo lugar, sirvió para promocionar amplia y sin asomo de rubor al candidato de la actual administración, después de todo “Uribia sabe lo que quiere”. Cierto: no hay proyecto, ni programa, ni ideas claras, no hay discursos ni argumentos, pero hay candidato y plata…

El concurso de las majayut, con participantes de diferentes rincones de la nación wayuu, prueba que las nuevas generaciones wayuu han investigado sus historias y tradiciones, y las exponen con orgullo. Con la exhibición de yonna, se demostró una vez más que la sensualidad de la mujer wayuu es mágica y ensoñadora, los coqueteos son sutiles, muy lejanos de la sonrisa boba de los bailes ensayados… Habrán notado los jurados ese lenguaje poético?. Ganó Siapana, pero en mi concepto las candidatas de la Escuela de Policía (Escuela Caporinche, el de la historia, no el que se suicidó en facebook) y del Estado Zulia eran las mejores.

Sigue lloviendo, ni modos, hay que meter los pies en los charcos…

Los eventos académicos fueron lo más valioso, en mi concepto, en esta versión del festival. En la primera parte, sobre el sistema normativo wayuu se dieron cita grandes académicos (nuestros!) y personalidades, con puntos de vista que enriquecen y esclarecen el tema del Sistema Normativo Wayuu, la declaratoria, el papel presente y futuro de la Junta Mayor Autónoma de Palabreros. Palabras a favor y en contra, comentarios y propuestas intolerantes de participantes que se resisten a una probable pérdida de hegemonía con la entrada de un sistema normativo wayuu en Uribia. Voces que desconocen la territorialidad ancestral y la presencia de un 95% de wayuu habitando la capital indígena de Colombia. No asistí al segundo evento (medios de comunicación), pero según me cuentan hubo una férrea defensa de los realizadores, gestores y profesionales indígenas en la materia, el mensaje: “nosotros y nadie más que nosotros puede transmitir con fidelidad, la visión indígena”.

Y la lluvia que no para de llover durante el día, los destapadores tampoco…

Tres días de parranda, tres días de mantas y mochilas… mientras tanto, los personajes anónimos de este espectáculo siguen siendo los wayuu, los lidercillos los representan, es el peligro de la representatividad. Ellos, los wayuu, caminan como fantasmas invisibles ante la mirada de turistas y visitantes del festival, sonríen tímidamente ante semejante espectáculo realizado en su nombre. “Sainjala alíjuna” (Es cosa de los alíjuna), afirman.

Es lunes festivo, la lluvia ha parado, el sol trae en sus rayos una ola de calor que seca los charcos y el techo de las enramadas desoladas; latas y botellas invaden la plaza Colombia, los borrachos deambulan por la plaza buscando con que mitigar el guayabo; otros no alcanzaron a salir de la plaza y duermen plácidamente, después de todo el festival se da una sola vez en el año.

Mientras tanto, en un extremo de la plaza un borracho duerme bajo el inclemente sol, abrazado a su bicicleta, con un pie metido en el charco de agua…

IGNACIO MANUEL EPINAYU PUSHAINA

C.C. 5.185.122

No hay comentarios: